Restauración hidrológica, manglar rojo, APITUX

Hace alrededor de 30 años se construyó una planta termoeléctrica en Tuxpan, Veracruz. Para conducir la electricidad hacia la Ciudad de México, se construyeron tres terraplenes sobre los manglares de la laguna de Tampamachoco en donde colocaron las torres de alta tensión. Esos terraplenes interrumpieron el flujo y reflujo de agua a través del manglar, lo que generó estancamiento y evaporación. Se causó un aumento crónico de salinidad y de sulfuros, que juntos son veneno metabólico para los manglares, causando la muerte de 30 hectáreas de manglares y el deterioro de 20 hectáreas más. 

Desde 2011, primero con apoyo de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) y ahora con la CONAFOR, hemos realizado acciones para rehabilitar las áreas de manglar muerto y para evitar la muerte de los árboles con síntomas de estar crónicamente afectados (muerte de la copa, pérdida de ramas basales). En 2012 excavamos canales a 2 m de ancho a través de los terraplenes para restablecer el flujo y reflujo entre las áreas aisladas de manglar muerto, y en 2014-2015 ampliamos los canales hasta 12 m de ancho. La salinidad disminuyó, pero el agua continuaba estancándose. Es por eso por lo que, con el apoyo de la CONAFOR a través del proyecto CA x CUSTF 2018 “Manglares en el Golfo de México: Estrategias de restauración hidráulica y forestal en 100 ha en los manglares asociados a la barra costera de la Central Termoeléctrica Adolfo López Mateos, Laguna de Tampamachoco, Tuxpan, Veracruz”, se conectó el manglar afectado con la laguna en 2019, mediante la excavación de 3,000 m lineares de canales de 3 m de ancho y 1 m de profundidad. En este caso, la salinidad y los sulfuros disminuyeron a valores similares a las áreas conservadas (Figs. 1). 

El material excavado se colocó a los lados de los canales, formando islotes anchos de 30 a 40
cm de altura, equivalentes a la altura perdida por la erosión horizontal y el colapso del suelo tras la muerte de los árboles de mangle (Figura 2). También el 2019, para compensar por el colapso del suelo, se construyeron islas con el suelo circundante de 5m de diámetro y 40 cm de altura, en donde se trasplantaron 30 juveniles de manglar. Las semillas de los mangles germinan en la planta madre y caen de noviembre a febrero como plántulas que son dispersadas por las corrientes de agua. Las plántulas se establecen en los islotes y empiezan a desarrollarse, con densidades de hasta 40 individuos por metro cuadrado en el sur y centro del área, pero de 15 ind/m2 en el norte del área de restauración, en donde es posible reforestar con plantas obtenidas del manglar de viveros. 


En este sentido, el 26 de febrero de 2021, el Director General de la Administración Portuaria Integral Tuxpan S.A. de C.V. (APITUX), Ing. Nicodemus Villagómez Broca, donó al INECOL 2,300 plantas de mangle rojo de 8 a 12 meses de edad crecidas en vivero (figuras 3 y 4). Las plantas donadas se utilizarán para la reforestación de zonas con baja cobertura y bajo condiciones adecuadas para la especie. 


Estos arbolitos se regaron con agua del río de Tuxpan, que tiene una salinidad relativamente baja, entre 4 y 13 gramos de sal por litro de agua. En el manglar de la laguna de Tampamachoco hay una mezcla de agua de mar y agua dulce, y la salinidad del agua de inundación está entre 10 y 20 gramos por litro de agua (g/L; el agua del mar tiene 35 g/L) y en los poros del suelo, a 30 cm de profundidad, puede alcanzar hasta 70 g/L. Por tanto, si los árboles se plantan directamente en el suelo estarán expuestos a una salinidad mucho mayor a la que experimentaban y sufrirán un shock osmótico que puede causarles la muerte. Los árboles deben aclimatarse para evitar la mortalidad, colocándolos con su bolsa en sitios inundados para que sus raíces se adapten a la nueva salinidad del ambiente (Figura 5). No es conveniente enterrarlos, porque la salinidad es mucho mayor que la del agua de inundación, por lo que deben plantarse en islotes construidos para recibirlos, tal como se describió anteriormente. 

Para nosotros, es una gran responsabilidad haber recibido los arbolitos para el programa de restauración de manglares que estamos llevando a cabo. Afortunadamente, la documentación de las causas de mortalidad nos ha permitido elaborar una estrategia para garantizar la supervivencia de estas plantas que con mucho gusto adoptamos 

 

Pies de figuras

Fig. 1. (A) Disminución de la salinidad en 2011 (antes de la intervención), 2018 (7 años después de abrir canales transversales en terraplenes) y en 2020 (un año después de abrir canales de reconexión directa con la laguna de Tampamachoco). (B) Disminución de la concentración de sulfuros en tres años consecutivos, antes (octubre 2018), 6 meses después (mayo 2019) y 21 meses después (febrero 2021). Las letras iguales no son significativamente diferentes. Las letras diferentes son significativamente diferentes (elaborada por  Dra. Ana Laura Lara-Domínguez).

Fig 2. Se muestra los canales excavados e islas construidas con el suelo de los canales ya con plantas establecidas y en pleno desarrollo (fotografía Ing. Doriel Tepach Bustamante)

Fig 3. Plantas juveniles de mangle rojo (Rhizophora mangle) en el vivero con malla sombra implementado por APITUX. Las plantas son regadas con agua del Río Tuxpan y las bolsas están sobre la superficie seca del suelo. En le manglar, las raíces están en sitios inundables, de manera que es necesario aclimatar los arbolitos antes de plantarlos (fotografía de Moisés Rivera Rodríguez).

Fig 4. A) Entrega oficial por parte del vivero de APITUX de 2300 arbolitos de mangle rojo para su transporte a la zona de restauración del manglar de la laguna de Tampamachoco. De izquierda a derecha Biol. Moisés Rivera Rodríguez, Instituto de Ecología, A.C., Ing. Nicodemus Villagómez Broca, Director General de APITUX, Biol. Celia Guadalupe Padrón Valdez Coordinadora de Ecología, APITUX e Ing. Iván Mirafuentes Ramon, Subgerente de Ingeniería y Ecología de APITUX (fotografía de Arlene Ibarra Villanueva). B) Los individuos donados por APITUX se ubican provisionalmente en los canales inundados de la zona de restauración den la Laguna de Tampamachoco. Una vez aclimatados, se plantarán en los bordes de los canales y en las áreas en donde hay mangles rojos muertos, ya que la causa de su muerte fue eliminada al abrir los canales de conexión con la laguna (fotografía de Mauricio Hernández Sánchez).