Palabras clave: Cathartidae, aves carroñeras. 

Los zopilotes tienen gran importancia en el ecosistema, pero poco conocemos su función. Son aves carroñeras, es decir que comen animales muertos, no obstante, llegan a cazar pequeños animales que no les demande mucha energía o sean de fácil captura, así como huevos de aves y reptiles. La palabra “zopilote” proviene del vocablo náhuatl tzopilotl, de tzotl (suciedad o basura) y pilotl (algo que cuelga; derivado de piloa = colgar), refiriéndose a las aves que vuelan llevando pedazos de carne colgando entre su pico. Zopilote refiere únicamente al zopilote negro o de cabeza negra (Coragyps atratus), sin embargo, en México existen cinco especies de aves carroñeras de la familia Cathartidae o también llamados buitres del Nuevo Mundo. Todas tienen la cabeza y cuello desnudos a menudo de colores brillantes y protuberancias verrugosas, picos fuertes y patas con garras relativamente débiles. 

El zopilote negro, de cabeza negra o zopilote común (Coragyps atratus), nombrado en griego Coragyps o cuervo-buitre (corax = cuervo, y gyps = buitre) y del latín atratus (enlutado, ennegrecido; ater = negro), si bien prefiere zonas bajas también se llega a ser visto en zonas montañosas, se distribuye en todo el país. No está registrado en listados de especies amenazadas y sus poblaciones están en incremento. 

El zopilote aura o de cabeza roja (Cathartes aura) se distribuye prácticamente en todo México eligiendo zonas por debajo de los 2500 m de altitud. No está registrado en listados de especies amenazadas y sus poblaciones son estables. 

El zopilote sabanero o de cabeza amarilla (Cathartes burrovianus) se le encuentra desde sur de Tamaulipas hasta la Península de Yucatán, por la vertiente del Golfo, y por el Pacifico, desde Guerrero hasta Chiapas. Habita principalmente sabanas, pantanos, pastizales y bosques poco densos en zonas bajas tropicales y subtropicales. Aunque no está registrado en listados de especies amenazadas internacionales, es una especie bajo protección especial en México. 

El zopilote rey (Sarcoramphus papa); su nombre proviene de los vocablos griegos sarx = carne, y rhamphos = pico torcido, y papa del latín que significa padre, jefe supremo o tutor. Algunos le nombran cóndor de la selva porque habita principalmente bosques y selvas tropicales y subtropicales no perturbados. En México se le encuentra en el sureste, desde el sur de la región del Uxpanapa y Los Chimalapas hasta la Península de Yucatán. Es una especie no amenazada a nivel mundial, pero sus poblaciones están decreciendo. En México está protegida y considerada especie en peligro de extinción. 

Y aunque no lo creamos, el Condor californiano (Gymnogyps californianus) también es de la familia de los zopilotes. En la década de los 1980 fueron capturados los últimos seis individuos silvestres en México para un programa de cría en cautiverio. Desde el 2002 se han reintroducido algunos ejemplares en el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir en Baja California; sitios de su distribución original. Con una población silvestre aproximada de 30 cóndores en México es una especie en peligro de extinción y bajo protección; su población total silvestre es de aproximadamente 93 individuos adultos, y está catalogada internacionalmente en peligro crítico. 

El nombre de la familia Cathartidae proviene del vocablo griego kathartes, significa “los que limpian”, no obstante, han sido consideradas aves asociadas con la muerte y la suciedad. Al alimentarse principalmente de cadáveres, los zopilotes los eliminan rápidamente evitando la dispersión de microorganismos potencialmente dañinos al ecosistema, a otras especies y al humano. Se podrían decir que son el “servicio de limpia” del ecosistema. Además, al llegar a cazar a algunos animales pequeños o jóvenes, mantienen un control de las poblaciones de estas especies. 

Se ha mencionado que el olor a putrefacción los vuelve locos, esto es debido a que las especies de zopilotes del género Cathartes, tienen la capacidad de detectar el olor del etanotiol (o etilmercaptano), un gas producido en las primeras etapas de la descomposición de los cadáveres, volando en espiral sobre ellos. Esta capacidad de los Cathartes de detectar este compuesto ha sido utilizada para descubrir fugas en los gasoductos, ya que al gas se le mezcla con este compuesto. 

Lamentablemente existe aún la creencia que los zopilotes tienen propiedades curativas. Aunque no existen pruebas científicas que apoyen esto, se llegan a utilizar como remedios para proteger a las personas mordidas por animales con rabia (Papantla, Veracruz), casos de “locura” (Pátzcuaro, Michoacán), para combatir el cáncer (Huehuetla, Hidalgo) y la esquizofrenia y el “aire” (dolor intercostal o afecciones respiratorias) (Altos de Chiapas). Además de estas amenazas, así como la pérdida y degradación del hábitat, la ingestión de perdigones de plomo y la intoxicación por venenos obtenidos directamente de los cadáveres contaminados intencionalmente por las personas, ha sido una de las principales causas del decremento de las poblaciones de los zopilotes.

Los invitamos a que conozcan más acerca de estas importantes e incomprendidas aves. Cuidemos el servicio de limpia del ecosistema.

 

Referencias