Cuatro cosas sorprendentes sobre la cría de insectos

Carlos Pascacio-Villafán

Los insectos juegan un papel protagónico en la vida y el bienestar humano, y muchos de ellos se crían a diferentes escalas y con diferentes fines.  Aquí aprenderás cuatro cosas que no sabías sobre la cría de insectos que de seguro te sorprenderán.

Palabras clave: historia de cría, dieta, consumo de insectos, salud de insectos

Uno.  La historia sobre la cría de insectos por la especie humana es milenaria.  Uno de los primeros sistemas de cría de insectos implementados por el humano fue el del gusano de seda en China hace casi 5,000 años (Cohen 2018).  Actualmente, los humanos podemos criar miles de especies de insectos con diversos fines.  Por ejemplo, los grillos, larvas de moscas, palomillas y escarabajos criados tanto a escala local como industrial para alimentación humana y animal; las abejas, gusanos de seda o cochinillas del nopal criadas para la producción de materia prima; los molestos mosquitos o Moscas de la Fruta estériles que se producen masivamente en programas de manejo biorracional de plagas y vectores (Figura 2); las diversas cepas de moscas del vinagre que se usan como modelo de estudio en investigación médica y biológica; o bien los abejorros producidos por diversas empresas y que son comercializados como polinizadores de diversos cultivos.  Sin duda alguna, la cría de insectos ha sido y seguirá siendo una actividad con muchos beneficios para la humanidad.

Dos.  Los insectos se pueden criar en dietas naturales y artificiales.  Un ejemplo de dieta natural es la sangre que consumen las hembras de diversas especies de mosquitos para desarrollar sus ovarios.  Los mosquitos se crían en laboratorio para estudiar su resistencia a insecticidas o desarrollar estrategias biorracionales para su control, entre otros temas.  La fuente de sangre para los mosquitos de laboratorio suele ser el brazo de la persona que cuida la cría, o provenir de roedores pequeños, monos o polluelos (Imam et al. 2014).  Un ejemplo de dieta artificial es la que se prepara diariamente en muchas fábricas alrededor del mundo que producen millones Moscas de la Fruta usadas en la Técnica del Insecto Estéril como una estrategia de manejo biorracional de plagas.  En la naturaleza, las larvas de estas moscas se alimentan de los frutos de diversos cultivos hortofrutícolas como el mango, la papaya, calabaza, manzana, entre otros.  En las fábricas de cría masiva, las dietas de las larvas se preparan por toneladas en mezcladoras diseñadas específicamente para ese fin.  Dependiendo de la especie de mosca, estas dietas pueden ser como una especie de masa suave o bien como una gelatina (Figura 3) que se coloca en charolas de plástico para que ahí se alimenten y desarrollen las larvas (Figura 1).  En algunos laboratorios, las formulaciones de dieta artificial son tan complejas que pueden tener hasta 50 o más ingredientes de grado químico incluyendo aminoácidos esenciales y no esenciales, vitaminas y minerales específicos, ciertos tipos de grasas, ácidos nucleicos, entre otros.

Tres.  La cría de insectos para consumo humano es una actividad sustentable que contribuye a la seguridad alimentaria.  En el mundo se consumen cerca de 2,000 especies diferentes de insectos (Halloran & Vantomme 2013).  El establecimiento de crías de insectos comestibles evita el impacto ambiental de cosecharlos directamente de la naturaleza.  De hecho, el desarrollo de sistemas de cría específicos ha permitido el consumo de algunas especies como el gusano Goliat africano que es considerado un manjar, y cuyo consumo basado en la colecta de los ejemplares del campo ponía en riesgo la existencia de la especie (Tang et al. 2019).  Varias especies de insectos pueden criarse usando residuos orgánicos, lo que contribuye a reducir la contaminación ambiental generada por actividades humanas.  Los insectos son muy eficientes en la producción de proteína a partir de su alimento, en comparación con otros animales como las vacas.  Además, la producción de insectos para alimentación humana ocupa menos espacio y recursos, y genera menos desechos que los sistemas tradicionales de producción de carne.  Algo muy importante, es que los insectos son ricos en proteínas de alta calidad y micronutrientes importantes para la nutrición humana.  Debido a los beneficios ecológicos de su cría y a sus importantes aportes nutricionales, los insectos son considerados una alternativa muy atractiva para alimentar a la creciente población humana en los próximos años.

Cuatro.  Los insectos de una cría también necesitan doctores cuando se enferman.  La cría de insectos no es muy diferente a la cría de otros animales en el sentido que se deben satisfacer las necesidades básicas de alimentación y espacio, de condiciones ambientales y limpieza, entre otras, para que los insectos crezcan sanos y se reproduzcan por varias generaciones.  Al igual que los humanos, los insectos de una cría pueden contraer diversas enfermedades causadas por microorganismos o patógenos virales (Eilenberg et al. 2015).  En casos extremos, las enfermedades pueden causar la muerte de los individuos y la pérdida de colonias enteras si la enfermedad no es controlada.  La salud de los insectos es uno de los temas más relevantes en crías a gran escala y para el manejo y protección de insectos benéficos.  Como tal, existen programas de entrenamiento a nivel posgrado enfocados en preparar nuevas generaciones de científicos especializados en la detección y manejo de enfermedades de insectos.  Estos profesionistas serán Doctores de Insectos, con el conocimiento y las habilidades técnicas necesarias para diagnosticar y curar de enfermedades a los insectos de cría comercial.

Ojalá estos cuatro puntos te hayan resultado sorprendentes y te animes a conocer más sobre la investigación en cría artificial de insectos que realizamos en el Instituto de Ecología, A.C. (INECOL).  ¡Acércate con nosotros para conocer más sobre este maravilloso tema!

 

Referencias

  • Cohen, A. C. (2018). Ecology of insect rearing systems: a mini-review of insect rearing papers from 1906-2017. AdvancesinEntomology, 6, 86. 
  • Eilenberg, J., Vlak, J. M., Nielsen-LeRoux, C., Cappellozza, S., & Jensen, A. B. (2015). Diseases in insects produced for food and feed. Journal of Insects as Food and Feed, 1, 87-102.
  • Halloran A. & Vantomme P. (2013). La contribución de los insectos a la seguridad alimentaria, los medios de vida y el medio ambiente. Guía informativa, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. 4 pp.
  • Imam, H., Zarnigar, G. S., & Seikh, A. (2014). The basic rules and methods of mosquito rearing (Aedesaegypti). TropicalParasitology, 4, 53. 
  • Tang, C., Yang, D., Liao, H., Sun, H., Liu, C., Wei, L., & Li, F. (2019). Edible insects as a food source: a review. Food Production, Processing and Nutrition, 1, 1-13.

 

Pie de Figuras

Fig 1.  Detalle de larvas de la Mosca Mexicana de la Fruta en dieta artificial.  Foto: Enedina Cruz Hernández.

Fig 2.  (a) Jaula para cría de grillos en laboratorio; (b) mezcladora industrial para preparar dieta artificial de la Mosca del Mediterráneo; (c) larvas de Moscas de la Fruta en dieta artificial.  Fotos: C. Pascacio.

Fig 3. a) Diferentes ingredientes para formular dietas para larvas de moscas; (b) diferentes tipos de dietas en gel.  Fotos: Enedina Cruz Hernández y Juan Carlos Conde Alarcón.