Superhéroes y sus diseños de experimentos

Felipe Barrera Méndez

Los cómics simplifican la manera en que se realizan experimentos científicos puesto que solamente buscan una excusa para brindar poderes a algún superhéroe o supervillano. Sobreanalicemos estas obras de ficción para apreciar la importancia de la estadística y entender cómo se hubieran llevado a cabo dichos experimentos en la vida real.

Palabras clave: estadística, diseño de experimentos, cómics

En años recientes, el género de super héroes ha recibido un repunte de popularidad, principalmente en el medio cinematográfico y series televisivas (Figura 1). Aunque siempre han estado presentes en otros medios populares, como lo son caricaturas o videojuegos, éstos solían estar enfocados a públicos más jóvenes quienes, si no rompen su suspensión de la incredulidad al notar que en estos universos ficticios no se está cumpliendo con las leyes de la física, no se hable ya sobre si cuestionarán si las metodologías experimentales propuestas son aceptables. Sin embargo, tanto las películas recientes como las novelas gráficas van dirigidas a una demografía más adulta y pocas veces se han alterado los orígenes de los personajes en aras de ajustarse a estos públicos más críticos, ya sea para mantener consistencia con la obra original, o simplemente porque son detalles poco importantes dentro de la trama que se está desarrollando. Aun así, y por mero ejercicio de curiosidad, analicemos el porqué la manera de hacer experimentos en los cómics no funcionaría en el mundo real. 

Los personajes en los cómics tienen diversos orígenes, pero los más recurrentes caen dentro de una de las siguientes categorías:
es un extraterrestre o hijo de extraterrestres (Superman, Starfire, Invincible); usa magia (Dr. Strange, Dr. Fate, Zatanna); es un demonio, un dios, o descendiente de alguno de éstos (Hellboy, Thor, Wonder Woman); sufrieron algún accidente que les otorgó poderes (Dare Devil, Spiderman, Flash); usan tecnología avanzada fuera del alcance del público (Batman, Ironman, Lex Luthor); o formaron parte de un experimento científico que no se logró reproducir nuevamente (Captain America, Man-Bat, Deadpool). Es en este último grupo en el que me quisiera centrar pues, precisamente, los experimentos se diseñan bajo condiciones controladas para poder ser reproducibles. Quiero resaltar que se comprende la necesidad de que solo Steve Rogers lograra recibir con éxito la fórmula del Super Soldado, pues al haber un ejército de Capitanes América, el personaje dejaría de ser especial, pero esa no es una buena experimentación. Irónicamente, tiempo después se crearon personajes con orígenes similares dentro del mismo canon (USAgent, Patriot) y el mismo manto del Capitán ha pasado por diferentes personajes (Figura 2) pero este fenómeno ocurrecon muchos personajes, independientemente de su tipo de origen. Otro ejemplo sería Wolverine, quien ya contaba con poderes regenerativos desde su nacimiento pero que, al ser usado en   “experimentos científicos” (Figura 3), se logró recubrir su esqueleto con un metal casi indestructible. Nuevamente, el laboratorio y la investigación fueron destruidos al terminar con el experimento, ya que esta es solo una excusa para que el héroe sea especial, y no parte de una línea de producción. Pero ¿cómo se hubieran dado las cosas en un mundo más apegado a la realidad? Bajo el supuesto de que se realizan experimentos enhumanos para otorgarles poderes, no se estaría fabricando una serie de formulaciones químicas diferentes ni se probarían una a la vez y, sobre todo, no se detendría el experimento justo al momento en que se obtuviera el resultado deseado, se buscaría poder reproducirlo. También se necesitaría contar con un tratamiento testigo. Esto nos permitirá saber si los poderes sí se obtuvieron por la fórmula química, lo cual se vuelve particularmente necesario si nos situamos en el contexto de un universo donde hay personas que simplemente nacen con poderes (como los mutantes). En un diseño más real, Steve Rogers hubiera sido solo una de varias personas a las cuales se les aplicaría un mismo lote de la fórmula del Super Soldado, todos hubieran sido de la misma edad y estado en las mismascondiciones físicas (a esto se le conoce como “réplicas experimentales”)y, además, a algunos de ellos solo se les aplicaría un placebo, o sea, una sustancia que no tendría efecto sobre su organismo, pero ellos no lo sabrían, solamente quien conduce el experimento. El usar estos placebos nos daría la certeza de que ningún individuo contaba con poderes antes del experimento, evitando un sesgo, mientras que, al experimentar con varios individuos a la vez, deberíamos obtener resultados similares. A esto último se le llama varianza, nos da una idea de qué tan repetible es un experimento, y es más confiable entre más réplicas se hayan usado (Figura 4). Regresando al universo de
los cómics y suponiendo que, tras el éxito de la prueba en Steve Rogers los científicos no hubieran sido asesinados por agentes nazis, Estados Unidos hubiera comenzado con la producción en masa de la fórmula, pero ¿cómo sabían si ese caso de éxito no fue una anomalía? Se hubiera gastado mucho dinero en la producción de un químico que podría no tener efecto en el resto de los soldados o, peor aún, se hubieran provocado efectos nocivos. A fin de cuentas, el diseño de experimentos es lo que nos permite reproducir resultados y, sobre todo, validar dichos resultados. La estadística nos dice si el efecto distintas formulaciones realmente es diferente entre sí y, en caso de que queramos realizar la producción a gran escala de éstas, nos dice si cada vez obtendremos los mismos resultados. Es válido que en obras de ficción solo se use en una escena de película o un panel un cómic, pues solamente se busca brindar entretenimiento, pero en la vida real, un diseño de experimentos correcto es lo que permite el desarrollo tecnológico en todas las áreas del conocimiento.