Los hongos invisibles en las plantas 

Edith Garay Serrano, Samuel Cruz Esteban y Atsimba Ma. de Jesús Castro Jiménez

Existen hongos microscópicos que habitan al interior de diversos tejidos de las plantas y que pueden pasar allí todo o parte de su ciclo de vida. Varios de estos organismos pueden aislarse en medios de cultivo y la detección de ellos ha permitido conocer los beneficios que aportan a las plantas entre los que están proveerlas de nutrientes, de sustancias o mecanismos para tolerar condiciones ambientales de estrés y enfrentar organismos patógenos. 

Palabras claves: hongos endófitos, simbiontes

 

Generalmente al escuchar la palabra hongo, vienen a la mente imágenes de aquellas setas que solemos encontrar en los mercados para comer o para los más grandes, nos remonta a los seres “inanimados” donde viven los pitufos. Son muchos los diversos tipos de hongos que habitan la Tierra. Existen los descomponedores de materia orgánica o saprobios, los micorrizógenos que se asocian a nivel de raíz con las plantas o los que parasitan plantas, animales y hasta humanos, o los entomopatógenos como aquellos que dominan el sistema nervioso de hormigas y controlan su voluntad para que les sirva de dispersores de esporas. Sin embargo, hay un grupo de hongos que al mirar una planta, no los vemos, son invisibles a los ojos, uno porque son microscópicos y otra porque no viven sobre la superficie de las plantas sino al interior de ellas. Y no son precisamente los hongos micorrizógenos que son aquellos que se asocian a nivel de raíz para intercambiar nutrientes con las plantas, no, en este caso, nos referimos a los hongos endófitos de plantas. 

Los hongos endófitos son aquellos que se alojan al interior de los tejidos vegetales y a diferencia de los patógenos, no provocan ningún síntoma de daño o de presencia en la superficie de la planta. Pueden habitar en los tejidos del follaje, raíces, tallos, flores e inclusive frutos. Estos organismos fúngicos pasan una parte de su ciclo de vida o toda su vida viviendo en las células de las plantas que los hospedan1 (Fig. 1). Se sabe de la existencia de estos hongos cuando al realizar observaciones de las plantas al
microscopio, se distinguen estructuras fúngicas en las células: esporas, hifas o filamentos delgados (Fig. 2) o bien, estructuras de resistencia llamadas clamidosporas u otros más complejos, microesclerocios (estructuras compactas de hifas capaces de sobrevivir situaciones adversas) (Fig. 3). 

Actualmente, algunos de estos hongos endófitos se pueden aislar en medios de cultivo (Fig. 4), crecerlos para identificar qué especies son, realizar experimentos de contacto
con las plantas y conocer si los hongos tienen algún efecto benéfico en ambos simbiontes. En el INECOL del Centro Regional del Bajío en Pátzcuaro, estamos trabajando con el aislamiento de hongos endófitos de las plantas de arándano y entre los que hemos crecido en medios de cultivo se encuentran Trichoderma, un hongo famoso por ser un controlador biológico de varias especies de organismos fitopatógenos; otro que hemos aislado es Ilyonectria de este se conoce poco y solo se ha detectado en raíces3

En los últimos años se ha descubierto que dentro de las funciones que estos hongos apoyan para la planta, están hacer disponible nutrientes como el fósforo, producir sustancias antibióticas o bien, hormonas que ayudan a promover el crecimiento vegetal, entre ellas las giberelinas involucradas en muchos procesos de las plantas como la germinación, crecimiento de flores, tallos y hojas, así como el tamaño del fruto1. Los endófitos fúngicos también pueden actuar contra organismos patógenos evitando así que las enfermen, otra de sus funciones es que pueden aumentar la tolerancia de la planta a la sequía, a metales pesados, a salinidad, a temperatura2, lo cual podría resultar en apoyo en alguna medida para tolerar el cambio climático y permitirles colonizar ambientes extremos para ellas. Algunos de los hongos endófitos que albergan las plantas son entomopatógenos, es decir, que son patógenos de insectos y pueden ser la línea de defensa contra herbívoros. El hongo, a cambio, recibe agua y nutrientes, un lugar para alojarse y se ha reportado para algunos endófitos, la dispersión de sus esporas4.

A pesar de las bondades de los hongos endófitos, la línea entre simbiosis y patogenicidad puede ser delgada, por lo que existen reportes que estos organismos afectan la fotosíntesis o inducen cierta susceptibilidad en las plantas ante condiciones ambientales adversas2. Es por eso que el estudio de estos organismos debe hacerse más extenso ya que aún quedan muchas interrogantes que resolver para entender más acerca de esta relación simbiótica tan compleja.

 

 

 

 

Referencias

  • 1Rana KL, et al. 2020. Antonie Van Leeuwenhoek, 113, 1075-1107.
  • 2Arnold y Lutzoni. 2007. Ecology, 88, 541-549.
  • 3Zheng et al. 2017. Journal of Ginseng Research, 41, 353-360.
  • 4Gamboa-Gaitán. 2006. Acta Biológica Colombiana, 11, 3-20.