Perspectivas para productos forestales en México

Raymundo Dávalos Sotelo

 

Artículo publicado en el Portal Comunicación Veracruzana el día 06 de enero 2022

La sociedad requiere insumos para su desarrollo. México tiene gran cantidad de recursos forestales, pero la producción solamente cubre 30% de lo requerido. El déficit de la balanza comercial de productos forestales es grande. La sociedad debe participar activamente.

Palabras clave: recursos naturales, balanza comercial, autosuficiencia en madera.  

La sociedad requiere de insumos y materiales para su desarrollo. En los tiempos que corren, los países del mundo apuntan a buscar un desarrollo sustentable que permita que las generaciones actuales progresen sin comprometer a las generaciones del futuro. Los materiales naturales son los más viables para promover ese tipo de desarrollo por requerir la menor cantidad de energía para ser transformados en bienes de consumo y, al mismo tiempo, causar la menor contaminación por su fabricación y uso. Los productos forestales aportan a la humanidad incontables beneficios. Son útiles para emplearse en construcción, fabricación de mobiliario, artesanías, y de manera preponderante, para papel y diversos productos derivados de la celulosa. De hecho, no se puede concebir a la sociedad en ninguna época sin la contribución de los recursos forestales al bienestar de la población. La época contemporánea no es la excepción, particularmente por el incremento de la población con el consiguiente aumento en la demanda de productos.

México es un país dotado con una importante cantidad de recursos forestales: 137.8 millones de hectáreas con 54 tipos diferentes de vegetación, es decir, el 70% del territorio continental nacional está cubierto por algún tipo de superficie forestal. De ese total, la superficie arbolada ocupa en su conjunto 47.7% de la superficie forestal del país, equivalente a 65.7 millones de hectáreas, incluyendo ecosistemas de manglar y otras asociaciones arboladas. Las existencias volumétricas totales (la cantidad de madera presente en un área determinada) en todas las zonas arboladas del país son de poco más de 3,730 millones de metros cúbicos de madera en rollo en pie, de acuerdo con los datos del Inventario Nacional Forestal (INFyS: 2009-2014). Esto quiere decir que el país cuenta con un muy importante volumen de recursos forestales en pie. El incremento anual total de madera en bosques de coníferas, coníferas y latifoliadas, latifoliadas y bosque mesófilo de montaña es de 46,771,818 m3. En condiciones ideales, se podría cortar toda esa cantidad de madera y la cantidad de existencias forestales se mantendría constante todo el tiempo. Descontando la cantidad que se pierde por incendios forestales, deforestación, plagas, sequías, etc., todavía restaría una cantidad importante para aprovechar, sin causar merma al recurso y, si se hicieran prácticas silvícolas como reforestación, restauración y otras, el área forestal, y con ello, las existencias, podría crecer aún más. Sin embargo, la producción forestal oficialmente registrada es solamente de 7.5 millones de m3 para el año 2019, es decir, menos de una quinta parte de lo que se podría producir idealmente.

Para cubrir sus necesidades, la población del país consume 27.167 millones m3/año, lo que quiere decir que la producción nacional solamente alcanza a cubrir del orden del 30% de lo que se requiere. La diferencia en la demanda se debe completar con importaciones, lo que constituye una importante fracción del déficit de la balanza comercial del país. Para el año 2018 el déficit de la balanza comercial de productos forestales, incluyendo papel e industria editorial fue de -6720.4 millones de dólares de EUA, lo que fue el punto máximo (el mayor déficit) en toda la historia del país. Para ese año, la balanza comercial de toda la industria manufacturera del país tuvo un superávit de 2012.5 millones de dólares. Es decir que, por sí sola, la industria de los productos forestales tuvo un déficit de tres veces el tamaño de la balanza comercial de toda la industria manufacturera. En los dos años subsecuentes, la balanza comercial registró superávits nunca vistos en toda la historia del país y para los tres primeros trimestres de 2021, la balanza comercial de la industria forestal presenta un déficit que rebasa el monto de la balanza comercial del país, la cual es positiva para todo el conjunto. Estas cifras están representadas de forma gráfica en la Fig. 1, elaborada con datos de INEGI. La balanza comercial de la industria manufacturera en su conjunto muestra una tendencia al crecimiento, particularmente desde 2009 mientras que la balanza para la industria forestal mantiene una tendencia negativa desde 1993, con un pequeño, pero significativo repunte desde 2019. De ahí que, cuando menos desde el punto de vista estrictamente económico, sin contar con los innumerables beneficios para el ambiente que esto conlleva, tiene mucho sentido buscar revertir esta tendencia por medio de programas que fomenten el incremento de la producción forestal y, por ende, la disminución de la dependencia de productos importados.

El partido político que postuló al candidato que, eventualmente, resultó ganador de la elección presidencial de 2018, identificó claramente esta problemática incluyéndola en su programa de gobierno expuesto en la campaña y, planteó entre sus propuestas de solución para la problemática del campo, la meta de lograr la autosuficiencia en la producción de madera. Al ganar las elecciones, este concepto lo incorporó al Programa de Gobierno 2019 – 2024 como parte de la Política Social en el contexto del Desarrollo Sostenible. Para que estos políticas y programas sean exitosos a largo plazo se requiere que la sociedad en su conjunto los adopte como parte de su esquema de vida colectiva, cualquiera que sea el gobierno en turno y, busque maneras efectivas y eficaces de llevarlos a cabo, fortaleciéndolos cada vez más, en su propio beneficio.