¿El desperdicio de alimentos causa pérdida de biodiversidad?

Jorge M. Córdova Nieto y Fabiola López Barrera

Artículo publicado en la Crónica y el Portal Comunicación Veracruzana el 07 de marzo 2022

La pérdida y desperdicio que existe desde la producción de los alimentos hasta que llegan a nuestro plato disminuye la extensión de los ecosistemas naturales, pero existen formas de disminuir este impacto. 

Palabras clave: pérdida de alimentos, cambio de uso de suelo, aumento de la frontera agrícola

En el mundo se pierde y desperdicia aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen para el consumo humano; es decir, cerca de 1,300 millones de toneladas de alimentos. La pérdida de comida se refiere a los alimentos que se eliminan o desechan de alguna forma a lo largo de la cadena de suministro de alimentos desde que se cosechan y que nunca llegan a ser consumidos por las personas o animales. El desperdicio se refiera a cuando los alimentos se pierden por malas decisiones de los comerciantes y consumidores. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que con esos alimentos se podría alimentar a 2,000 millones de personas.  Por otro lado, seguimos perdiendo biodiversidad por la ampliación de cultivos y pastizales para producir más alimentos. Desde el año 2000, una superficie de vegetación natural casi del tamaño de Bolivia se ha convertido en cultivos. Para ponerlo en perspectiva, mientras que la humanidad tardó más de 8000 años en convertir 1100 millones de hectáreas en tierras de cultivo para el año 2000, sólo se necesitaron 20 años más para ampliar esta superficie en otro 10%. Adicionalmente, la pérdida de alimentos también aumenta el cambio climático ya que se estima que entre el 8 y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero las producen los alimentos que no se consumen. También hay un desperdicio de recursos que son destinados para la producción como la tierra, el agua, energía eléctrica, semillas, abonos, desgaste de equipo, combustible para el transporte y otros insumos, además del trabajo de muchas personas.

 

¿Cuáles son los datos de México?

En México, según el Banco Mundial, se desperdician 20.4 millones de toneladas de comida al año; es decir, el 34.6% de lo que se produce en el país. Pero hay otros datos más alarmantes, la FAO calcula que en México se pierden y desperdician 28 millones de toneladas de alimentos. Producir 24 de los productos más comunes en la dieta mexicana implica consumir 40 billones de litros de agua al año, se podría abastecer al país durante 2.4 años con esa cantidad de agua. Como ejemplo, en 2014 los 29 productos más comunes en la dieta mexicana que se desperdician produjeron casi el 7.7% de las emisiones de CO2 de todo el país, lo que equivale a las emisiones de todos los vehículos del Estado de México, la Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León.

 

¿Qué podemos hacer?

La FAO, sugiere estos consejos para reducir el desperdicio de alimentos:

  1. Comprar sólo lo necesario. Planear la dieta y preparar una lista de cosas absolutamente necesarias lo cual también ayudará en la economía.
  2. Adoptar una dieta más saludable. Infórmese acerca de cómo es la producción de los alimentos y eso lo hará valorar más lo que come.
  3. Apoyar a los productores locales. Comprar a productores locales ayuda a familias de agricultores y empresas de la comunidad además de reducir las distancias en la distribución a través de los diferentes vehículos de transporte
  4. Elegir frutas y verduras aún con signos de daño. A veces, se tiran a la basura alimentos que no cumplen con ciertas características estéticas pero el sabor es el mismo.
  5. Almacenar inteligentemente los alimentos. Usar recipientes herméticos para mantenerlos frescos y colocar atrás la comida más reciente y al frente la más antigua. 
  6. Comprender la diferencia entre “consuma preferentemente” y “caducidad”. Algunos alimentos pueden consumirse pasada la fecha de “consuma preferentemente”, mientras que la “fecha de caducidad” indica que, pasada esa fecha el producto ya no debe ser consumido. 
  7. Empezar por lo pequeño. Servir porciones pequeñas. En los restaurantes, comparta platillos abundantes entre varias personas, no todos requerimos de las mismas porciones. 
  8. Valorar lo que sobra. Congelar las porciones sobrantes para consumirlas después.
  9. Usar los alimentos desperdiciados. Se puede hacer composta con los desechos o pueden usarse como alimento de gallinas, cerdos y otros animales. También se puede hacer lombricomposta.
  10. Ayudar a las poblaciones de especies marinas. Consumir especies de peces que abunden más y menos las que están en peligro de sobreexplotación como lo es el atún y el bacalao.
  11. Usar menos agua. La producción de alimentos requiere agua, la reducción del desperdicio de alimentos ahorra agua.
  12. Mantener limpios suelo y agua. Algunos desperdicios de casa no deben tirarse a la basura, productos como pilas, pintura, teléfonos móviles, medicamentos, productos químicos, fertilizantes, llantas, cartuchos de tinta; todos estos, al deteriorarse, producen contaminantes que se pueden filtrar en el suelo y llegar a nuestros ríos.
  13. Compartir alimentos. Donar los alimentos a personas cercanas si es que ya no los va a consumir. Utilizar las nuevas aplicaciones para encontrar restaurantes o supermercados con estrategias que evitan el desperdicio. 

 

Referencias

Recursos útiles