Los humedales refrescan las ciudades

María Elizabeth Hernández Alarcón y Alejandro A. Hernández Sánchez

Artículo publicado en la Crónica y el Portal Comunicación Veracruzana el 20 de abril 2022

Los humedales en un entorno urbano proveen múltiples beneficios que nos ayudan a adaptarnos a los efectos adversos al cambio climático. Ellos mantienen temperaturas más frescas, mitigan las inundaciones, protegen las costas y capturan carbono en sus suelos.

Palabras clave: cambio climático, humedales

Desde que el ser humano comenzó a vivir en grandes ciudades inició la transformación más agresiva y evidente del ambiente, realizando grandes construcciones y modificando el paisaje que lo rodea. Culturas milenarias como la griega o la egipcia al crear sus ciudades daban gran importancia a los parques o jardines urbanos. En el continente americano las culturas prehispánicas se asentaron en lugares con vegetación subtropical exuberante a la cual mostraron respeto por ser fuente de recursos alimenticios y de material para construir diferentes tipos de infraestructura. Con el tiempo, las ciudades de nuestro continente y en especial de México han crecido, rompiendo el balance entre áreas verdes y asfalto. Dejando de ser compactas y “amigables” con el medio y convertirse en grandes extensiones de concreto y de alto consumo energético desestructurando los ecosistemas que las rodean y provocando una segregación social importante.

Los humedales son ecosistemas entre los ambientes acuáticos y terrestres que se caracterizan por tener suelo inundado la mayor parte del tiempo o el agua se encuentra cerca de la superficie del suelo, en estos sistemas crecen plantas adaptadas a vivir bajo condiciones de inundación. A los humedales se les llama comúnmente, pantanos, ciénegas, tulares, manglares, carrizales o marismas. Cuando los humedales se encuentran dentro de las ciudades o en sus suburbios se les llaman humedales urbanos. Históricamente, los asentamientos urbanos dependieron de los humedales, ya que proporcionaron recursos vitales para las ciudades. Por ejemplo, los sumerios hace 8,900 años y los aztecas hace 1,100 años se establecieron en zonas de humedales como fueron Mesopotamia (entre los ríos Éufrates y Tigris) y Tenochtitlán (en el lago de Texcoco).

Los humedales proveen múltiples e importantes beneficios al ser humano, a los cuales se les llama servicios ambientales. En un entorno urbano, los humedales son un ecosistema invaluable para mitigar problemas urbanos frecuentes como la contaminación del aire, la carencia de agua, las inundaciones y la contaminación por aguas negras. Los humedales urbanos amortiguan en parte la escorrentía después de las lluvias, y disminuyen la velocidad a la que se drena el agua, mitigando las inundaciones y reteniendo sedimentos, que de otra forma llegarían a la zona costera, provocando problemas de azolvamiento de lagunas. Este es un nuevo enfoque en comparación con los sistemas de drenaje rápido en los que se utilizan zanjas y tuberías. Los contaminantes como el nitrógeno y fósforo de las escorrentías son capturados por la vegetación y el sedimento, lo que mejora significativamente la calidad del agua. Además, recientemente se ha documentado la capacidad de los humedales urbanos para disminuir las islas de calor en las ciudades. Los humedales generalmente están cubiertos por una capa poco profunda de agua que tiene un efecto de albedo sobre la radiación solar, además la vegetación del humedal capta la energía solar y la transforma a energía química a través de la fotosíntesis disminuyendo la energía térmica disponible de la radiación solar (Figura 1). Finalmente, la belleza estética de un humedal con su vegetación y fauna es un espectáculo para los habitantes que demandan sitios de recreación en donde puedan relajarse y disminuir el estrés.

Sin embargo, a pesar de todos los servicios ambientales que los humedales proveen al entorno urbano, es tan bien este ambiente el que se vuelve hostil para dichos ecosistemas. Los humedales urbanos son frecuentemente utilizados como tiraderos de basura, son rellenados para construir casas o parques en ellos (Figura 2), pastorean animales en ellos (Figura 3) y el agua es contaminada por descargas de aguas negras (Figura 4). Es importante generar instrumentos de política pública para la protección de los humedales urbanos ya que son ecosistemas muy importantes para la adaptación al cambio climático pues mitigan algunos de los efectos adversos de este fenómeno como lo son las inundaciones, las altas temperaturas y capturan carbono. En el INECOL, como parte de un proyecto financiado por CONACYT, se está conformando el Observatorio Ciudadano de Microclimas en Xalapa, que medirá el efecto de enfriamiento de los humedales urbanos en esta ciudad. Así que ya sabes, los humedales urbanos son terrenos valiosos no baldíos ellos nos ayudan a adaptarnos a los efectos adversos del cambio climático, haciendo las ciudades más resilientes, por lo tanto, hay que cuidarlos y evitar que se sigan perdiendo o perturbando.