La situación de la calandria de Fuertes (Icterus fuertesi): una especie veracruzana en riesgo

Octavio Rojas-Soto y Ariadna Tobón Sampedro

En la actualidad se han hecho muchos esfuerzos por identificar a las especies amenazadas del mundo y las causas de estas amenazas. De hecho se reconoce que las especies con una distribución restringida (menor de 50 000 km2) son una prioridad mundial, por lo que los países reconocen como prioridades de conservación a aquellas especies que están restringidas a su territorio (endémicas), consideradas como su patrimonio y su responsabilidad para la conservación global.

La calandria de Fuertes (Icterus fuertesi) es quizá una de las aves menos conocidas en el país. Tradicionalmente ha sido considerada como una subespecie de la calandria castaña (Icterus spurius) debido a que son formas similares, excepto por el plumaje del macho adulto, el cual es amarillo ocre en fuertesi y café oscuro en spurius. Sin embargo, recientemente se ha sugerido que son especies distintas con base diversos tipos de evidencia tales como el análisis de ADN, la coloración del plumaje, las diferencias en el tamaño, sus patrones migratorios y su distribución en temporada reproductiva; lo que en conjunto demuestra que son especies independientes, tal como se sugirió en 1911cuando fue descrita por primera vez como I. fuertesi. El reconocimiento de fuertesi como especie independiente, además de las implicaciones taxonómicas, conlleva a una preocupación acerca de su estatus de riesgo, ya que se encuentra enlistada como una subespecie “sujeta a protección especial” bajo la legislación mexicana; esto principalmente por su distribución que es aparentemente muy restringida y por la pérdida y alteración de su hábitat.

En la actualidad se conocen únicamente ocho localidades ubicadas en las zonas costeras desde el sur de Tamaulipas hasta el sur de Veracruz donde fuertesi se reproduce Figura 2. Por otro lado, se ha sugerido que realiza migraciones hacia las costas del sur de México en invierno, hacia los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas; sin embargo, existe muy poca información sobre su distribución invernal, así como sobre las características de su hábitat.

Ante esta problemática, la aplicación de nuevas técnicas como el modelado de nicho ecológico (MNE), facilita el conocer y analizar la distribución geográfica, ecológica y estacional de las especies, particularmente aquellas raras o difíciles de localizar, como es el caso de la calandria de Fuertes. El MNE permite generar modelos de distribución potencial con base en la combinación de los registros de presencia de las especies y condiciones climáticas, siendo particularmente importantes para las especies bajo alguna categoría de riesgo.  

Debido a la escasez de información y a la necesidad de estudiar y conservar a la calandria de Fuertes, en la actualidad estamos estudiando a esta especie con el objetivo de lograr revalorar su situación de riesgo y su posible modificación en las listas de protección, tanto nacional como internacional.

Producto de trabajo de campo y de revisión de literatura, bases de datos y colecciones científicas, obtuvimos 48 registros de presencia asociados a ocho localidades durante la temporada reproductiva (marzo–agosto); y cinco registros para invierno (noviembre–enero) asociados a cuatro localidades ya registradas para la temporada reproductiva que son los primeros registros de la especie obtenidos en campo durante los meses de invierno en Veracruz.

Como parte de la revisión de las colecciones, se tuvo acceso a los ejemplares colectados en los estados de Morelos, Guerrero y Chiapas, y que eran aparentemente ejemplares de fuertesi. Sin embargo, esto permitió corroborar que todos ellos correspondieron a individuos juveniles y hembras, lo que pone en duda su identificación (fuertesi es indistinguible de spurius a excepción de los macho adultos) y cuestiona la migración invernal hacia el Pacífico.

La distribución potencial de la especie producto del MNE en la temporada reproductiva Figura 3A incluye una zona estrecha de la costa del Golfo de México, particularmente al norte en zonas inundables y de manglar (con alto grado de perturbación) y se extiende tierra adentro a lo largo del río Tamesí, en la frontera del estado de Veracruz y Tamaulipas, así como en el sur siguiendo al río Papaloapan, abarcando aproximadamente 46 676 km2

La distribución potencial de la especie en la temporada invernal Figura 3B se corresponde con la distribución potencial de la especie en la temporada reproductiva en el sur de Veracruz y un poco hacia el estado de Tabasco. Cabe resaltar que el modelo invernal predijo únicamente una porción reducida en la costa del Pacífico en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca; abarcando aproximadamente 2 219 km2 de área invernal predicha. Aunado a esto, la búsqueda en campo de nuevas localidades tanto en verano como en invierno resultó infructuosa, manteniéndose básicamente en las ocho localidades conocidas. Lo anterior permite sugerir que el patrón de distribución de esta especie tanto en la temporada reproductiva como en invierno es particularmente limitado, ya que a diferencia de otras especies, existe un marcado aislamiento y falta de conectividad geográfica entre localidades. Estos resultados son de especial relevancia porque se demostró que la especie posee una distribución restringida y fragmentada menor a 50 000 km2 en ambas temporadas; sugiriendo que las poblaciones del norte de Veracruz y sur de Tamaulipas, podrían estar realizando efectivamente una migración invernal pero sólo hasta el sur de Veracruz, en las áreas sureñas de reproducción; como se observó durante el trabajo de campo.

Como parte de una estimación de la abundancia de la especie, tanto en la temporada reproductiva como en invierno; sólo un pequeño número de individuos fue registrado a pesar de la búsqueda intensiva, resaltando el hecho de que el número de machos fue casi el doble que de hembras o juveniles; aunque en general se observaron pocos individuos en todas las localidades visitadas a lo largo del año. Otro aspecto importante es que siempre se observó asociada a potreros inundables delimitados por cercas vivas y zonas peri-urbanas, lo que sugiere que la especie podría tener cierta preferencia por las áreas abiertas.

Finalmente, con base en los resultados obtenidos, consideramos que I. fuertesi (Figura 3) podría estar enfrentando una situación de riesgo sin precedentes, colocándola en una situación de prioridad, que correspondería a una especie en peligro de extinción.

 

Pies de fotografías

Figura 1. Macho adulto de Icterus fuertesi, tomada en El Bayo, Veracruz.

Figura 2. Esquema de la distribución geográfica de Icterus fuertesi. El polígono gris oscuro representa la distribución reproductiva. Los círculos negros representan las localidades históricas de presencia y los de color blanco corresponden a las localidades visitadas en este estudio.

Figura 3. Mapas de la distribución potencial de la especie por temporadas: a) reproductiva; b) invierno. El sombreado corresponde a las probabilidades de presencia de acuerdo al modelado de nicho ecológico  (negro – muy probable, gris claro poco probable). Los puntos corresponden con localidades de presencia por temporada.