Algunos de los beneficios aportados por los hongos a la sociedad

Antero Ramos, Leticia Montoya, Víctor Bandala

Artículo publicado en el Portal Comunicación Veracruzana el día 19 de octubre 2021

Los hongos han estado en nuestro entorno desde nuestros orígenes en el medio natural, así el hombre ha logrado identificar sus bondades para su uso cotidiano y cubrir diferentes necesidades. Sin embargo, falta mucho por conocer acerca de ellos y de sus posibles usos al tratarse de un grupo hiperdiverso en el planeta.

Palabras clave: hongos silvestres, agentes de biocontrol, biorremediación

 

Los hongos silvestres tienen diferentes propiedades, una de las más notorias para el hombre es su contenido nutricional, el cual ha sido aprovechado desde tiempos ancestrales en la dieta de distintas etnias, sin embargo, también pueden ser tóxicos. Mientras que de los hongos silvestres comestibles se tienen registros de más de 400 especies en México, son pocas las que producen algún tipo de toxicidad y aun en menor porcentaje las que producen una intoxicación de tipo mortal como lo son algunas especies de Amanita, Cortinarius, Galerina entre otras. En cualquiera de los casos es mejor tener las precauciones porque de no conocer las especies comestibles silvestres es preferible evitar su consumo. Dependiendo de la especie varía el porcentaje de su contenido de proteínas, antioxidantes, minerales entre otros. Desde tiempos remotos también se han conocido los beneficios de otro tipo de hongos como los presentes en bebidas fermentadas. Los sumerios, por ejemplo, fabricaban cerveza empleando hongos, lo cual hasta nuestros días se sigue aplicando, dentro de este grupo de hongos tenemos a Saccharomyces cerevisiae. Esta misma levadura junto con especies de Candida, Kloeckera y bacterias de los géneros Lactobacillus y Zymomonas entre otras, se encuentran en otra bebida fermentada de México como el pulque, y las cuales le proporcionan un alto contenido de proteínas y vitaminas del complejo B, así como propiedades curativas que pueden mejorar la flora intestinal. También, la fabricación de algunos quesos de sabor fuerte y que son considerados quesos gourmet, han sido procesados con el uso de hongos. Uno de ellos es el queso roquefort y el queso camembert, producidos con los hongos Penicillium roqueforti y P. camemberti, y de los cuales los quesos reciben su nombre. Así mismo podemos mencionar su uso en la elaboración de pan, que también desde siglos atrás se ha aprovechado.

Se han descubierto compuestos obtenidos de hongos que tienen aplicación en la salud, como lo son antibióticos, anticancerígenos, antitumorales, antifúngicos e incluso antivirales.  Muchos de los usos de los hongos han sido descubiertos por serendipia, esto es por accidente como, por ejemplo, la penicilina. Este antibiótico fue descubierto de manera inesperada por el científico escocés Alexander Fleming, quien al estudiar cultivos de una bacteria que causa diversas enfermedades, presentaron contaminación y observó que en esta contaminación no estaban presentes las bacterias que estudiaba, lo cual despertó su curiosidad y comenzó a realizar pruebas identificando que había descubierto un antibiótico que salía del hongo contaminante. Esta acción antimicótica se aprovechó de manera empírica desde la antigüedad en pueblos de China, Rusia, Serbia, Arabia, Norteamérica, México, Grecia, India, por mencionar algunos ejemplos, en donde se usaban alimentos enmohecidos, crecimientos en cueros de animales, o incluso tierra con algodoncillo, o su uso más metódico en infusiones obtenidas de macrohongos para fines curativos.

Es posible inferir que su aplicación se puede extrapolar también para combatir enfermedades en plantas ocasionadas por bacterias, virus, insectos e incluso por hongos, lo cual en las últimas décadas se ha podido comprobar, llegando a ser posibles agentes de control biológico por su efecto benéfico en el combate contra organismos fitopatógenos.

Algunos hongos son muy llamativos por sus colores, que pueden ir desde un amarillo huevo hasta un azul intenso, así como también pueden ser blancos, rojos o incluso negros. Esta característica ha llevado a científicos a probar su potencial en la obtención de pigmentos, lo que ha contribuido en su uso en la industria textil. En este último ramo, se despertó la curiosidad por explorar otras posibilidades derivadas de sus propiedades, logrando así identificar que un polímero natural llamado quitina podía ser utilizado, dando pie a la investigación para la fabricación de “cueros” usados en la manufactura de bolsas, billeteras, cinturones, y demás productos que normalmente se elaborarían a partir tejido animal. La presencia de este polímero en los hongos ha propiciado el desarrollo de materiales a base de tejidos de hongos, pensados en reducir el impacto de polímeros sintéticos en el planeta y que ha llevado al diseño de muebles e incluso al desarrollo de bloques usados en construcción. A la par se ha comenzado a estudiar su uso en la elaboración de instrumentos musicales para obtener una acústica especial, similar, e incluso superior, a la acústica obtenida de instrumentos fabricados con otros materiales.

Una alternativa prometedora como biorremediadores de sitios contaminados por sustancias nocivas para la salud, surgió a partir del descubrimiento de hongos en reactores de la planta nuclear de Chernóbil, creciendo y alimentándose a base de elementos radiactivos, y se les consideró como radiotróficos, un campo para investigar su potencial uso en sitios expuestos a contaminantes radiactivos, y/u otros tipos de contaminantes como lo son los hidrocarburos y metales pesados. 

Podemos concluir que los hongos son organismos que se encuentran en los diferentes ecosistemas del planeta, que proveen muchos beneficios para el ser humano en su vida diaria, y que falta mucho por estudiar, explorar y descubrir acerca de ellos ya que se trata de un grupo hiperdiverso. Tal es su importancia, que actualmente, la NASA los ha considerado como potenciales organismos para llevar en sus viajes de exploración. Deben ser conservados, aprovechados de manera racional y sostenible, y protegidos, para salvaguardar su presencia en nuestros ecosistemas.

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