Las aves y los glucocorticoides

Carolina Valdespino y Luis Morales Cid

Artículo publicado en la Crónica y el Portal Comunicación Veracruzana el 09 de mayo 2022

Sin duda, las aves forman uno de los grupos más atractivos para el ser humano, su actividad diurna y sus cantos son grandemente apreciados tanto por la población general como por los expertos que se dedican a su estudio. El conocimiento de la diversidad de aves en un sitio permite evaluar su estado de conservación, pero también su fisiología abre oportunidades para diagnosticar su persistencia y la calidad del ambiente.

Palabras clave: Macuiltepetl, natura, Santuario de Bosque de Niebla, glucocorticoides, estado de emergencia

PAN PARA EL SUSTO

Cuantas veces en momentos de emergencia no hemos escuchado: ¡Un pan para el susto! En momentos en que casi choca un auto contra otro o la aparición de alguien en un sitio en que pensábamos nos encontrábamos solos ¿Qué sucede cuándo nos asustamos? Se secreta, desde la región central de las glándulas adrenales, adrenalina que acelera la circulación sanguínea y el funcionamiento del sistema respiratorio.  Este cambio en el funcionamiento de nuestros órganos tiene como fin alejarnos del peligro y en términos de función cerebral permite tomar decisiones rápidas. Ingerir un trozo de pan, rico en carbohidratos después de que el susto ha pasado, permitirá recuperar energía que se consumió después de ese momento de emergencia.

Cuando la situación de alarma permanece por tiempos prolongados, otras hormonas, también secretadas por las glándulas adrenales, pero esta vez desde la corteza, promueven cambios en rutas metabólicas por períodos prolongados. Estas hormonas conocidas como glucocorticoides inhibirán funciones innecesarias y establecerán procesos de liberación de energía desde sitios donde se encuentre almacenada en el organismo.

REACCIONES DE ALARMA

Estas rutas de funcionamiento de los glucocorticoides se comparten con organismos tanto silvestres como aquellos que se encuentran en exhibición en instituciones zoológicas (Figura 1). La toma de muestras de ejemplares en estas últimas condiciones nos permitió establecer en el pasado que, rutinas periódicas de revisión médica en las que se aplican anestésicos para tratar a los animales con mayor facilidad, provocan respuestas de emergencia en todos los individuos. Sin embargo, estas respuestas, cuantificadas como cantidades de glucocorticoides secretadas al torrente sanguíneo, varían tanto en tiempo como en intensidad de un individuo a otro.

En los ecosistemas naturales hemos descrito también que algunos procesos a grandes escalas como la fragmentación del hábitat; la extracción de recursos usados por el hombre; y la alteración causada por contaminación del ambiente con compuestos que alteran el funcionamiento de las glándulas tienen un efecto sobre las cantidades de glucocorticoides secretadas a lo largo del tiempo.

En el primer caso, es la reducción en la disponibilidad de recursos y de espacio para los organismos que habitan en ellos que resulta en concentraciones elevadas de glucocorticoides cuando se comparan en la misma época del año con las de animales en hábitats conservados. Por otro lado, los disturbios causados por extracción de madera, tierra u otras materias utilizadas por el hombre, aun cuando en términos generales no alteren el tamaño de hábitat, se reflejan en concentraciones elevadas de los glucocorticoides de los que hemos hablado. Y finalmente, la contaminación del agua con compuestos que afectan el sistema endocrino (que produce las hormonas glucocorticoides) de organismos como los murciélagos, producen cambios en las concentraciones de estas mismas hormonas.

Los glucocorticoides, son hormonas esteroides como la testosterona y la progesterona que intervienen en funciones de reproducción. Los esteroides comparten rutas de síntesis (Figura 2), por lo que son precursores unos de otros en muchos casos. La síntesis y secreción prolongada de glucocorticoides, por ejemplo, en situaciones de emergencia de larga duración, puede inhibir la función reproductora. De esta manera la medida de concentraciones de glucocorticoides en fauna silvestre puede ser empleada para determinar situaciones de riesgo antes de que los individuos de una población desaparezcan localmente.

LAS AVES DE LAS ÁREAS VERDES DE XALAPA

En el extremo opuesto de la transformación de los ambientes naturales, se pueden ubicar las áreas verdes que se conservan dentro de ciudades. Durante la última década se ha efectuado una enorme cantidad de investigación en torno a cómo estos sitios (parques, jardines, áreas naturales inmersas en la ciudad) sirven de hábitat a especies de distintos grupos que logran subsistir en ellos. En general son especies que naturalmente tienen distribuciones amplias y se adaptan a las presiones del ambiente urbanizado que las rodea

El bosque mesófilo de montaña, que es un tipo de vegetación que originalmente se distribuía en el área que hoy ocupan la ciudad de Xalapa y sus alrededores, es hábitat de numerosas especies. Muchas de estas especies están adaptadas a las condiciones particulares de humedad elevada. Existe una tradición científica de mucho tiempo sobre el estudio de especies de aves que caracterizan al bosque mesófilo (Figura 3). 

Hace ya unos años, como resultado de la investigación de las especies de aves que se pueden encontrar en las áreas verdes de Xalapa como el cerro Macuiltépetl, el Natura y el Santuario de bosque de niebla del Inecol, se produjo un listado de las especies de aves (Figura 4).

Fig 4. Portada del tríptico Las Aves de la serie La Biodiversidad de Xalapa.

Dra. Carolina Valdespino

Las respuestas fisiológicas de emergencia medidas como concentraciones de glucocorticoides de estas especies responden a las condiciones de estas áreas verdes urbanas Sólo aquellas especies en las que las concentraciones altas de glucocorticoides por tiempos prolongados no afecten su reproducción, son las que lograrán subsistir en los parques urbanos. El conocimiento de las respuestas de alarma de las especies que ahora están presentes en ellas permitirá predecir su persistencia en el largo plazo.

 

Slider: Toma de muestra sanguínea de un zorzal en campo. Foto: Jorge Ramos Luna