El beneficio de los datos abiertos de biodiversidad

Sergio A. Cabrera Cruz

USPAE

Los datos abiertos en plataformas digitales permiten complementar listados de especies.

Obtener conocimiento detallado sobre la riqueza biológica de un lugar requiere de una inversión importante de tiempo, esfuerzo y recursos económicos. Por ejemplo, para estimar la riqueza de aves de cualquier lugar de México, por donde pasan especies migratorias que vienen de los bosques boreales de Canadá, es necesario realizar observaciones durante al menos un año para considerar la presencia de dichas especies en su viaje de ida y en el de vuelta.

Sin embargo, no siempre es posible, o incluso necesario, realizar un esfuerzo de muestreo intensivo. Por ejemplo, pueden existir restricciones económicas, materiales, temporales, o de capital humano que nos impidan realizar todo el trabajo necesario; o bien se puede necesitar información preliminar antes de implementar trabajo de campo de largo aliento. En esos casos se suele recurrir a búsquedas bibliográficas o a realizar observaciones durante un periodo limitado, posiblemente en una fracción del área de interés. Estas opciones son frecuentemente utilizadas y completamente válidas, pero en los últimos años se ha sumado una alternativa que permite complementar la información recopilada de esa manera.

Gracias al esfuerzo de instituciones educativas, académicas y gubernamentales alrededor del mundo, actualmente contamos con sistemas digitales de información sobre biodiversidad que concentran y ponen a disposición del público los registros geográficos de todo tipo de especies biológicas, dando pie a la informática de la biodiversidad. Por ejemplo, en México, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) ha desarrollado el Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad, el cual contiene más de 45 millones de registros de presencia de casi 115 mil especies, además de más de 18 mil mapas de distintos temas, y aproximadamente 155 mil fotografías e ilustraciones. Adicionalmente, en las últimas décadas han surgido diversas iniciativas de ciencia ciudadana o comunitaria a través de las cuales cualquier persona puede registrar sus observaciones de vida silvestre en páginas de internet o en aplicaciones para dispositivos móviles. Por ejemplo, está la plataforma naturalista, que es parte de la red iNaturalist, donde usuarios y usuarias pueden registrar observaciones y registros fotográficos de animales o plantas. También está aVerAves, que es parte de la plataforma de cobertura global eBird, donde la gente puede registrar sus avistamientos de aves. Estas y otras iniciativas de ciencia ciudadana, así como agencias e instituciones de múltiples países, incluyendo a la CONABIO, comparten sus datos con el Sistema Global de Información sobre Biodiversidad (GBIF, por sus siglas en inglés).

GBIF es una plataforma digital que concentra información sobre la ocurrencia de especies biológicas. Esta plataforma sólo recibe datos de instituciones participantes que han suscrito el compromiso de validar, curar, y organizar su información, así como de ponerla en un formato estandarizado. El rigor del proceso para compartir datos con GBIF hace que ésta sea una fuente confiable de información. Por otro lado, la cantidad de instituciones que contribuyen con sus datos a GBIF, que a la fecha de esta publicación son más de 2700, así como su distribución alrededor del mundo, hacen que esta plataforma contenga la mayor colección de registros sobre biodiversidad a nivel global. La buena noticia es que parte de la misión de GBIF consiste en que sus datos sean abiertos, por lo que son de acceso gratuito para todos.

Recientemente nos preguntamos si los datos abiertos de biodiversidad disponibles en GBIF pueden complementar inventarios biológicos realizados a través de trabajo de campo formal hecho por profesionales. Para responder esta pregunta, comparamos listados de especies de aves reportados en artículos científicos con listados de especies que generamos usando información de GBIF.

Encontramos que GBIF documenta la presencia de hasta 232 especies más que las registradas en 14 de 23 áreas de México, mostrando el potencial de la plataforma para complementar inventarios de aves. Por otro lado, también encontramos que algunos artículos reportaron hasta 114 especies más que las registradas en GBIF, mostrando a su vez el valor de los muestreos formales para continuar documentando la riqueza biológica de nuestro país. Al combinar los listados generados con ambas fuentes, encontramos que la cantidad de especies documentadas para cada área de estudio se incrementó hasta 464% comparada con las reportadas solamente en los artículos. Para uno de los artículos que analizamos, los autores realizaron observaciones de aves cada mes durante casi dos años en tres sitios, lo cual representa un esfuerzo considerable; la cantidad de especies en este listado creció casi 50% al sumarle aquellas especies reportadas en GBIF. De esta manera, la información disponible en una plataforma digital puede complementar los listados de especies que están reportados en la literatura, aún si fueron recopilados a través de trabajo intensivo.

¿Por qué los registros en GBIF pueden superar a los realizados por profesionales? La información contenida en GBIF representa la acumulación de tiempo, esfuerzo y recursos invertidos tanto por instituciones como por personas físicas a lo largo de muchos años. De hecho, los registros de biodiversidad de plataformas de ciencia ciudadana representan al menos 60% de las observaciones disponibles en GBIF, rebasando la cantidad de información generada a través de esfuerzos académicos formales. De esta manera, puede esperarse que GBIF contenga registros de especies que los estudios realizados por profesionales podrían no contener.

Es necesario resaltar que, si bien los datos disponibles en GBIF son útiles para ciertas tareas, no sustituyen la información recolectada con estudios formales. Por tal motivo, es importante continuar realizando muestreos de campo cuando la situación lo requiera y los recursos lo permitan, pero también es importante incorporar esos datos a plataformas digitales, para que la información arduamente generada enriquezca el acervo de datos abiertos y sea accesible a todo el público.

 

Slider: Densidad de registros de biodiversidad de México disponibles a través del Sistema Global de Información sobre Biodiversidad (mapa tomado de GBIF).

 

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